lunes, 24 de noviembre de 2008

Una historia no simpre tiene un final así...

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Érase una vez un ave que vivía en el centro de un pantano, donde había un árbol hueco y podrido en el cual tenía su nido, todas las mañanas se levantaba y salía al pie de su árbol y comía todas las lombrices que podía resistir su estómago, y se queda tranquilo, esperado que pasara el día, aparte de comer y dormir no hacía nada más, por que estaba acostumbrado a la buena vida y a la seguridad que el árbol le proporcionaba, aunque siempre estaba todo enlodado y sucio, pero a él le daba lo mismo, total era feliz, muchas aves que pasaban por ahí sólo lo observaban y le aconsejaban que debía buscar otro lugar para vivir, puesto que un pantano no era lugar para una ave tan bella como él viviera , pero él insistía en quedarse porque le temía a lo que pudiese haber afuera, había vivido toda su vida en ese pantano y no quería arriesgarse, tenía todo lo que necesitaba allí, para que moverse, pero un mal día se desató una terrible tormenta de arrancó de raíz al árbol, en la conmoción el pajarito tuvo que abandonar rápidamente el árbol para no morir, al día siguiente se vio claramente sus plumas todas enlodadas, las que nunca había visto tan detenidamente, porque pasaba todo el día en la seguridad y oscuridad de su árbol, y se dijo a si mismo – vasta de miedo y temor por lo que hay más allá, nada puede ser peor que vivir todo sucio y sólo –, pero cuando quiso emprender el vuelo se dio cuenta que el barro seco le impedía mover las alas con facilidad, cada vez que trataba de emprender el vuelo caía y se enlodaba más, pero después de muchos intentos, muchas caídas, el trabajo dio su fruto, pudo salir y volar hacia el horizonte, y pudo ver los límites del pantano, aquel inmenso y basto pantano se había vuelto diminuto bajo sus pies, pero aquí no acababa de terminar su asombro cuando vio a lo lejos un río puro y cristalino, verdes prados, flores de colores inimaginables para él, ahí comprendió cual era el motivo de aquellos que lo animaban a salir de ese pantano, se sintió sucio así que rápidamente quiso lavarse en aquellas aguas cristalinas, cuando lo hizo finalmente pudo saber lo bello que era, miró a su alrededor y aquellos que realmente se preocuparon por el estaban allí, y lo saludaron muy felices todos, compartió con ellos, hizo muchos amigos, pero eso es parte de otra historia…

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